En una de mis visitas "rutinarias" a Ceremal, hace ya años, junto a mi amigo Enolín, y su moto, el único medio de transporte con el que contábamos, para visitar Asturias y los picos, nos encontramos en este paraiso, con el bueno de EVARISTO, pastor de Amieva con tierras en Ceremal. Recuerdo aquella tarde veraniega, en el porche de su cabaña, con una agradable y larga charla sobre muchos asuntos, tanto de los terrenos que cercan los alrededores como sus aventuras antaño por el continente Americano, como muchos otros mayores de nuestra tierra. Aquella tarde se hizo corta con la compañia de Evaristo, el "problema" ye que tanta charla, y su añeja botella de DYC, perdia de una manera ... y menuda pa volver pa Gijón !!!
El otro dia, camino de Ceremal, me iba acordando de mi amigo Evaristo, habia vuelto varias veces, pero no lu pillaba en su retiro vespertino, en su "tesoro", me daba pena. Que recuerdos aquellos !!!. Caminaba cabizbajo acercandome al puente que cruza la Riega de Fuente Prieta, cuando me topo en el camino con Evaristo !!! No podeis imaginaros la alegria que me produjo, volver a encontrarmelo. Abrazos y recuerdos pasados de otras visitas, y como no, me volvió a reiterar lo de casi siempre, tenemos un enclave único !!!, un tesoro, que naturaleza a nuestro alcance., pero que tenemos que cuidarla !!!!. Sabias palabras. "Y que quiten el tendiu de la senda, que estropea el paisaje". Que razón tienes Varis !!! El presumia de conocer Yellowstone y Yosemite, pero que se quedaba con sus Picos, con las montañas de su casa, y pa apostillar su tesis, le dije que el "Oso Yogui" abandonó America por Asturias, asi que será por algo, no?
El Bueno de Evaristo camino del Restaño, despues de su paseo vespertino
La cabaña de Evaristo
Despues de todo, solo faltaba regresar. El Valle de Angón, la Sierra de Amieva, o el Canillín "El centinela de los Beyos" creo que era un buen colofón, pa coger oxigeno de nuevo.
Las búcolicas praderas de Angón, con el telón del entorno de Ordiales y la Sierra Mercader
La nieblas del atardecer, envuelven las cimeras de la Sierra de Amieva
El "Centinela de los Beyos" preparado para la guardia nocturna sobre el fantástico desfiladero
Hasta pronto compañeros
El Sábado pasado fuimos al Valle de Angón por segunda vez, porque teníamos un buen recuerdo de la primera. Es precioso. Esta vez como sabíamos que seguir para la Jocica ya endurece algo la marcha y queríamos ir en plan tranqui fuimos a tiro fijo a desviarnos hacia Ceremal porque habíamos visto la otra vez a una pareja que tiraba para allí. La verdad que cuando llegamos y vimos el enclave nos quedamos con la boca abierta. Es precioso. Estuvimos disfrutando del entorno un buen rato, vimos hasta una garza que se posaba de vez en cuando por la zona. La verdad que no nos esperábamos semejante especie de ave en lo Picos de Europa... El caso es que cuando nos decidimos a buscar un sitio para comer empezamos a dar vueltas por la vega hasta que nos fuimos acercando a la cabaña por segunda vez... la primera fui a leer lo que de lejos parecía una placa - y resultó serlo- fuimos acercándonos hasta que nos decidimos a subir por el murillo que tiene delante, en lugar de intentar abrir la portilla. Apenas llevábamos 5 minutos cuando llegan un hombre con dos mujeres y por la pinta de él ya nos dimos cuenta de que no se trataba de un vulgar senderista... inmediatamente nos dijo que comiésemos tranquilos porque ese banco lo había puesto él con la intención de que los caminantes lo disfrutaran. La dos mujeres que llegaron con él se marcharon rápidamente a hacer fotografías por la zona y Evaristo se sentó a hacernos compañía mientras comíamos. Se tomó una cervecina. Y nos contó muchas de esas cosas que cuentas tú en tu blog. Cómo estuvo trabajando en Estados Unidos etc. Nos dijo las salvajadas que habían hecho con los rebecos cruzándo la especie autóctona con otra de los balcanes (creo). La verdad que fue un encuentro para recordar. Si vuelvo, que creo que sí, le llevaré algo que le dije. Así ya tengo otro motivo para volver. Gracias por compartir tus vivencias. Saludos, César.
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